Los cortes de gas como los que sucedieron esta semana se pueden repetir en invierno. Y los cortes de luz se pueden multiplicar en los próximos veranos. Parece una obviedad, pero los expertos del sector energético coinciden en que se podrían evitar con mayor coordinación entre las autoridades y, principalmente, con una solución cara para el Gobierno: gastar más dinero en subsidios e importaciones de energía para no arriesgar el suministro en los días de temperaturas extremas.A largo plazo, las soluciones son las obras para mejorar la capacidad de transporte de gas y de electricidad desde las regiones de producción hasta los centros de consumo y la necesidad de inversiones en pozos de gas exclusivamente para los meses de demanda pico, que implican precios más caros.
Falta gas en invierno y hay cortes de luz
Esta semana hubo cortes a las estaciones de GNC, la industria, las exportaciones y hasta a miles de hogares en Mar del Plata, San Martín de los Andes y Trevelin por una altísima demanda residencial combinada con una inusual caída de producción en Vaca Muerta, debido al congelamiento de caños que hubo en plantas de tratamiento de gas.
Daniel Dreizzen, ex secretario de Planeamiento Energético y actual director de la consultora Aleph Energy, explica: "Si hay bajas temperaturas se pueden repetir estos cortes. El tema es que el factor de seguridad para poder evitarlo es muy caro. Si se hace una infraestructura nueva, se va a usar solo estos pocos días, y eventualmente se puede usar el resto del año para exportar a Brasil".
Por eso, sostiene Dreizzen, una alternativa es contratar más barcos con gas licuado que lleguen a un buque regasificador en la terminal de Bahía Blanca, como tuvo Argentina hasta 2023. El costo también es alto para tener una garantía de abastecimiento confiable, aunque siempre es peor quedarse sin energía.
El número uno de una petrolera que opera en Vaca Muerta plantea, en off the record, que una solución es generar incentivos para invertir en campos de dry gas (gas seco, que tiene muy poco contenido de otros hidrocarburos líquidos) que estén disponibles para los meses de invierno.
Mientras el conjunto del gas producido en el país se vende a un promedio de 3,50 dólares por millón de BTU, el gas solamente para invierno podría costar más de US$ 6,50 a US$ 8. Su costo lo pagaría la demanda -hogares, comercios e industrias- con aumentos de tarifas o el Estado con gasto público en subsidios.
Este ejecutivo también expresa que un mejor mantenimiento de las instalaciones, con una preparación para temperaturas extremas, podría haber evitado la merma de producción en estos días.
Mario Cairella, ex vicepresidente de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa), señala que hubo demoras en la gestión para ordenarle a las centrales de generación termoeléctrica que bajaran su consumo de gas y lo sustituyeran por combustibles líquidos, como gasoil o fuel oil, que son más caros.
Esa orden oficial que tardó en llegar significó un ahorro fiscal en subsidios -ya que el sobrecosto no se estaba trasladando a la demanda- pero fue en parte responsable de los cortes de gas.
Emilio Apud, ex secretario de Energía, considera que tras los gobiernos kirchneristas "el sistema se descapitalizó por US$ 25.000 millones, que es la cantidad de dinero necesaria que se invierta para volver a tener la calidad de servicio que había en el 2001".
Fuente: Clarín
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